Hace un par de días, cuando estaba siendo más estricta de lo normal y mis hijos estaban haciendo menos caso de lo normal, mi esposo me dijo... ¿Qué tal si los tratas como si fueran tus sobrinos? ¿Cómo si fueran los hijos de tu hermana que acaban llegar del extranjero?...
Uhum?!.... Esto me hizo pensar que últimamente estaba siendo muy perfeccionista con ellos y reflexionar que en general somos muy poco tolerantes con los que viven con nosotros. Queremos todo que este perfecto, que todo luzca y ande de la manera perfecta (o por lo menos la que creemos perfecta). Puede ser nuestros hijos, pero incluso somos muy poco tolerantes con nuestros padres, pareja y con nosotros mismos.
Pero la verdad es que el perfeccionismo no es más que un defecto que aparenta ser una virtud.